lunes, 4 de julio de 2011

ER – II BIMESTRE – 1ro Secundaria

LOS LIBROS SAGRADOS

1. ¿Qué es la Biblia?

La Sagrada Biblia o Sagrada Escritura es la colección de libros que, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por autor, y como tales libros divinos e inspirados han sido entregados a la Iglesia.

Biblia es una palabra griega, plural de biblión, que significa “los libros”, porque más que un libro es una colección. Por hallarse ahora todos juntos en un solo volumen, se dice en singular: la Biblia.

El autor principal de la Biblia es el mismo Dios, porque Él ha inspirado a los hombres que la escribieron. Dios los escogió, los impulsó y los iluminó para que escribieran. Dios los asistió para que escribieran fielmente lo que Él quería decir a los hombres.

Por eso decimos que la Biblia es la Palabra de Dios, algo así como una carta que Dios ha escrito a los hombres por medio de otros hombres.

La Biblia no puede equivocarse, porque Dios sabe todas las cosas y no puede enga­ñar a los hombres.

La Biblia recibe varios nombres. Entre otros: Sagrada Escritura, Libros Santos, las Divinas Escrituras, las Sagradas Escrituras o simplemente la Escritura.

2. Partes de la Biblia

La Biblia está dividida en dos grandes partes: el Antiguo Testamento y el Nuevo Tes­tamento. Tiene en total 73 libros.

a) El Antiguo Testamento: Comprende los 46 primeros libros.

Fueron escritos por diversos autores, a lo largo de muchos siglos, en tres lenguas diferentes: en hebreo, en arameo y, unos pocos, en griego.

b) EL Nuevo Testamento: Comprende los 27 últimos libros.

Fueron escritos por algunos discípulos de Jesús después de haber subido Él al cielo.

Los protestantes no aceptan algunos libros de la Sagrada Escritura: cuatro libros históricos (Tobías, Judit y los dos Libros de los Macabeos); dos libros llamados sa­pienciales: Sabiduría y Eclesiástico; y uno profético: Baruc. Asimismo, algunas partes de otros libros.

3. ¿Qué nos cuenta la Biblia?

La Biblia no es un tratado de ciencias humanas (historia, geografía, ciencias naturales, etc.) sino un libro históri­co-religioso, aunque escrito con las formas de escribir usados en la época en que se escribió, con las maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo.

En la Biblia encontramos, entre otras muchas cosas:

* La narración del origen del mundo y del hombre.

* La narración del primer pecado que cometieron los hombres, la causa y raíz de todos los males que existen en el mundo.

* La promesa que Dios hizo al primer hombre de enviar un Redentor que salvará a los hombres de su pecado.

* La historia de Israel, el pueblo que Dios escogió para transmitir su doctrina a todos los hombres y para pre­parar la venida del Redentor.

* La vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, el Redentor de los hombres.

* La venida del Espíritu Santo, que santifica y guía a los cristianos.

* La fundación de la Iglesia.

* Los primeros pasos de la Iglesia Católica, continuadora de la misión salvadora de Jesús.

4. Libros de la Biblia

Algunos libros narran lo que Dios ha hecho para salvar a los hombres. Son los llama­dos libros históricos.

Otros, contienen los avisos, amonestaciones o castigos anunciados por los profetas en nombre de Dios. Son los llamados libros proféticos.

Otros, finalmente, contienen enseñanzas o nor­mas de vida valederas para todos los hombres. Son llamados libros sapienciales o doctrinales.

5. Inspiración y verdad de la Sagrada Escritura

La Sagrada Escritura es el conjunto de libros que, escritos bajo la inspiración del Espíritu San­to, tienen a Dios como autor principal y han sido entregados como tales a la Iglesia.

Se llama inspiración a aquella gracia o carisma que da Dios a ciertos hombres para que consignen por escrito todo y sólo lo que Dios que­ría comunicar a los hombres. Todo lo escrito es verdaderamente revelación divina o Palabra de Dios

Dios al dejarnos su Palabra escrita, siendo el autor principal, ha querido que los escritores humanos nos transmitieran solo lo que él nos quiso decir. Los escritores no fueron coaccionados ni privados de su libertad al narrar un libro sagrado. Cada escritor narraba el texto con las condiciones de su tiempo, cultura. Por ello podemos apreciar en los libros de la Sagrada escritura que existen libros proféticos, libros históricos,… etc.

Dice el Concilio Vaticano II: «La santa madre Iglesia, fiel a la fe los Apóstoles, re­conoce que todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, con todas sus partes, Son sagrados y canónicos, en cuanto escritos por inspiración del Espíritu Santo (cf Jn 20,31; 2 Tm 3,16; 2 P 1,19-21; 3, 15-16), tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia».

Dios –como Autor invisible y trascendente «se valió de hombres elegidos, que usa­ban de todas sus facultades y talentos; de este modo, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería». Con este fin el Espíritu Santo actuaba en ellos y por medio de ellos.

Dios es el Autor principal de la Sagrada Escritura porque inspira a sus autores huma­nos: actúa en ellos y por ellos. Da así la seguridad de que sus escritos enseñan sin error la verdad salvífica.

Estos libros sagrados escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia. Pero en la redac­ción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres, que utilizó usando de sus propias facultades y medios, de forma que obrando El en ellos y por ellos, escribieron, como verdaderos autores, todo y sólo lo que El quería. A estos autores inspirados se les llama hagiógrafos o escritores santos.

Los redactores más importantes de la Sagrada Biblia fueron

En el Antiguo Testamento: Moisés, el rey David, los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel;

En el Nuevo Testamento: los cuatro evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y el apóstol san Pablo.

Dios respetó a los escritores sagrados, influidos por las costumbres y cultura de los países en los que vivían, dejando huella de su estilo, temperamento, personalidad e incluso de la clase social a la que pertenecían o el oficio que desempeñaban; así, por ejemplo, San Pablo muestra su temperamento impetuoso, San Juan, místico y sereno; San Marcos, detallista; San Lucas, como buen médico, nos revela a un Jesús lleno de misericordia, etc. La mayor parte de los autores del Antiguo Testamento son desconocidos para nosotros; cosa comprensible ya que la literatura antigua era anó­nima, pues las composiciones, tanto orales como escritas. Muchos escritores además se basaron en la tradición oral, que ampliaban, por lo que algunas obras se atribuyen a aquel autor que más haya influido en ella.

6. Disposiciones para leer la Biblia

Para leer con gran fruto las Sagrada Escrituras podemos mencionar algunos aspectos:

• Antes de comenzar la lectura de la Biblia, debemos dirigirnos a Dios por medio de una oración a Jesucristo, pues es el único digno de abrirnos el divino libro.

• No debemos leer las Sagradas Escrituras de corrido, sino meditando lo que se lee.

• Es necesario leer la Escritura con grande humildad y con entera sumisión a la Igle­sia, la cual recibió de Jesucristo este sagrado depósito.

• Jesucristo es el gran objetivo que hemos de tener presente en la lectura de la santa Biblia, si queremos alcanzar su recto sentido.

• El fin y cumplimiento al que nos debe llevar la lectura de la Biblia es el de vivir la doble caridad, es decir para con Dios y para con el prójimo.